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CERCANOS Y NO TANTO...
THOMAS GERLACH
Thomas es diseñador gráfico y fotógrafo de origen venezolano y tras estancias en el Reino Unido y en Estados Unidos, ha hecho de Madrid su nuevo hogar.
Desde su adolescencia ha sido un apasionado de la fotografía, y aunque a veces puede parecerle absurdo agregar imágenes a la vorágine digital, la fotografía le ha ofrecido un lenguaje para expresar sentimientos para los que difícilmente puede encontrar palabras. Pocas cosas pueden para él superar la emoción que siente al capturar la esencia de un momento. Con ello desea despertar sensibilidades e incitar a la reflexión.
Se ha centrado en la fotografía de paisaje, y aunque en sus inicios solía obviar el impacto humano, ahora en sus imágenes está casi siempre nuestra presencia modificando el entorno. Los paisajes, alterados o no, son un escenario en el que inevitablemente proyectamos nuestra huella.
En su técnica intenta reflejar de la manera más honesta la realidad que percibe, sin efectismos ni manipulaciones. Con esta serie ABSTRACTAS de fotografías en formato cuadrado, contrastadas con varias panorámicas a gran escala, busca una mirada más íntima del paisaje al concentrar la atención sobre los elementos más esenciales de la composición.
JESUS GUERRERO
Mi pintura es un constante desafío personal; una contradicción permanente, sin tregua, que se asienta en los recursos propios de la plástica y asume el cuadrado como elemento principal.
Esta forma geométrica se desplaza por toda la superficie, para agotar cualquier fórmula posible, en su intento por "implosionar" el lenguaje de la pintura. Frente a esa situación creativa siento que habito en una trampa plana. Jesús Guerrero. Madrid, febrero de 2019.
La relación indisoluble que, desde sus inicios, Jesús Guerrero (Tovar, Venezuela, 1965) ha establecido con la pintura es una realidad incontrovertible. Durante su dilatada y sólida trayectoria artística, ha desarrollado una obra capaz de dibujar una línea evolutiva ascendente que da cuenta de los contenidos conceptuales y formales que le han servido para definir una propuesta plástica particular. Un trabajo en el que sus preocupaciones e intereses estéticos lo conducen al revisionismo analítico de la abstracción geométrica, desde las primeras manifestaciones a principios del siglo XX bajo los códigos del suprematismo impulsado por Malévich hasta las sucesivas investigaciones y avances logrados a través del tiempo, pero sin soslayar los importantes planteamientos y prácticas que sobre esta materia se sucedieron en Latinoamérica ─prestando especial atención al caso de Venezuela─ y que contribuyeron a forjar el proceso de modernidad artística en el continente; el autor traslada estas teorías a la pintura y la gráfica, e incluso llega a fusionar ambas técnicas como parte de su lenguaje visual.
Las obras que ahora presenta son el resultado de su estancia en Madrid, lugar en el que reside desde hace dos años con las consecuentes vivencias y nuevas realidades que incluye el cambio de taller, situación que no ha sido óbice en su incesante producción creativa. Guerrero inicia varias vías de exploración sobre el Neo-Geo y, contrario al uso de los grandes formatos de referencia, reduce considerablemente la escala de los soportes. En esta dinámica experimental articula un discurso transversal al integrar ideas, métodos y procedimientos propios con algunos postulados de la citada corriente, actividades que orientan su búsqueda hacia una pintura en la que reconsidera la forma, la línea y el espacio en relación a las experiencias subjetivas amplificando su alcance hasta una visión personal del paisaje social y urbano.
En esta serie de «ejercicios plásticos» concibe escrupulosamente cada uno de los diseños compositivos para construir sistemas cuyas conexiones, establecidas por los trazos rectilíneos de rectángulos, cuadrados y triángulos como entidades autorreferenciales, proyectan estructuras complejas que se complementan con el estudio minucioso de las cualidades cromáticas; un conjunto heterogéneo que genera «escenarios» abstractos geométricos perfectamente definidos, cuando no solapados por la superposición de capas de pigmentos y otros materiales, recursos expresivos que permiten el ingreso a otra dimensión espacial y donde los binarios figura-fondo o positivo-negativo adquieren un papel determinante. A ellos suma elementos plásticos de carácter informal para alterar el orden y la rigidez de la geometría clásica, y por consiguiente cuestionar el ideal de «armonía universal». No obstante, más allá de la relación antitética planteada, Guerrero logra conciliar una suerte de equilibrio entre la sensibilidad del gesto y la naturaleza racional de las rectas y los planos ortogonales.